Con la llegada del cambio de hora, muchas personas se
preguntan cómo impacta en nuestro descanso y qué podemos hacer para
sobrellevarlo mejor. La Dra. María Fernanda Gómez, neuróloga especialista en
Trastornos del Sueño y miembro de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de
Vida (SOCHIMEV), nos entrega algunas claves para entender este proceso y
adaptarnos de la mejor manera.
El horario de invierno: el mejor para nuestro cuerpo
Según la especialista, el horario de invierno es el que
mejor se ajusta a nuestro reloj biológico, ya que nos permite tener más luz en
la mañana y más oscuridad en la noche, favoreciendo un descanso más natural.
Esto se debe a que la luz es clave para nuestro cerebro: cuando amanece
temprano, nuestro organismo sabe que es momento de despertar, y cuando
oscurece, comienza a liberar melatonina, la hormona del sueño.
Por el contrario, el horario de verano genera un desajuste,
ya que al amanecer más tarde nos cuesta más despertar y sentirnos alerta
durante el día. “Se sabe que esto es perjudicial tanto para el aprendizaje como
para la calidad del sueño y la vigilia”, explica la Dra. Gómez.
¿Cómo adaptarnos al cambio de hora?
Afortunadamente, este cambio de horario es el más fácil de
asimilar, ya que nos regala una hora extra de sueño. Sin embargo, para quienes
puedan sentir algún impacto, la neuróloga entrega algunos consejos:
✔️ Aprovechar la luz natural en
la mañana: Exponernos a la luz del día nos ayuda a despertar de forma más
natural.
✔️ Hacer ejercicio temprano: La
actividad física matutina contribuye a un sueño más profundo y reparador.
✔️ Evitar estimulantes en la
tarde: Reducir el consumo de café, té o mate después del mediodía, ya que
pueden afectar la calidad del sueño.
✔️ Controlar las siestas: Si
necesitamos dormir una siesta, que sea corta (menos de 30 minutos) y antes de
las 15:00 hrs.
Para la mayoría de las personas, la adaptación toma entre
uno y dos días. Sin embargo, si las dificultades para dormir persisten por más
de cinco días, es recomendable consultar a un neurólogo/a.
“El cambio al horario de invierno es beneficioso para
nuestro cuerpo y no debemos temerlo. Nos ayudará a despertar mejor y a dormir
más naturalmente”, concluye la Dra. Gómez.
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