Las cáscaras son una importante fuente de fibras, esenciales para regular tránsito intestinal, pero -antes de consumirlas- es fundamental realizar un lavado correcto para retirar la posible presencia de pesticidas y tierra que pueden tener, señaló nutricionista de la Universidad de Talca.
Una de las características del periodo estival, es la gran
oferta de frutas y verduras de estación, aunque -habitualmente- sus cáscaras
terminan en el basurero. Sin embargo, lo que muchos no saben, es que éstas
contienen nutrientes beneficiosos para la salud.
Así lo explicó el académico de la carrera de Nutrición y
Dietética de la Universidad de Talca, Mauricio Orellana, quien aclaró que “es
en la cáscara donde se encuentra la mayor cantidad de fibra insoluble, que es
la que ayuda a arrastrar los desechos, acelerando el tránsito intestinal, lo
que contribuye a mantener una buena digestión”.
Además, explicó el nutricionista, en el caso de las papas,
también se pueden consumir con cáscara en distintos tipos de preparaciones, ya
sea horneadas o un puré rústico. Eso sí, en el caso de este tubérculo, “se
deben lavar y tratar de refregar un poco para sacar los restos de tierra que
puede traer pegado”.
“En el caso de la manzana, también debemos lavarlas, ya que
en nuestro país tenemos una gran cantidad de pesticidas que se le colocan para
evitar la proliferación de algunos tipos de insectos. Entonces, lo principal
para frutas y verduras, es lavarlas y desinfectarlas para evitar consumir
alimentos contaminados”, detalló el experto.
Sin embargo, el especialista aclaró que la ingesta de la
cáscara va a depender de cada persona, “ya que, si tiene problemas, por
ejemplo, para masticar, se recomienda consumir estos alimentos cocidos. Aunque
para el caso de la fruta, “la recomendación será consumirla cruda, porque de
esa forma conservamos la mayor cantidad de vitaminas, minerales y fibra”.
La razón para optar por consumir frutas no cocidas indicó el
nutricionista, es porque “las vitaminas, habitualmente, son termolábiles y se
pierden con las cocciones, o una gran cantidad de ellas. Por eso, en el caso de
las verduras, se recomienda que su preparación sea al dente, es decir darles
hervor y detener la cocción con un golpe de agua fría”.
“Además, hay algunos vegetales que habitualmente se consumen
cocidos, como el zapallo italiano, pero también se pueden hacer en ensaladas
sin cocinarlos y así conservan una mayor cantidad de vitaminas, minerales y
fibra. Lo mismo en el caso del morrón, que lo podemos consumir crudo”, agregó
el académico.
Para finalizar, el especialista también sugirió el uso de la
cáscara del plátano, que puede ser aprovechada en distintas preparaciones.
“Nosotros como escuela desarrollamos un recetario con preparaciones y, la
cáscara de plátano jugó un papel súper importante, porque se proponía cortarla
en tiritas, saltearla con verduras y quedaba igual que una carne mechada”,
destacó el nutricionista.
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