Columna de opinión
Por Juan Eduardo Prieto Correa
Ex Intendente Región del Maule - Gobierno Sebastián Piñera
A un año de la partida del
Presidente Sebastián Piñera, la ciudadanía, sin lugar a dudas, reconoce y
defiende su legado. Son muchas las personas que, a lo largo de nuestro país,
valoran profundamente su compromiso con Chile.
Cuando nuestra región del Maule
fue azotada por el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, el
sentimiento más palpable en el corazón de los maulinos era la incertidumbre.
Nuestras casas, negocios y sueños estaban por los suelos o habían sido borrados
por la fuerza del agua. Habíamos perdido casi toda esperanza.
Sin embargo, el Presidente Piñera
nos dio el impulso necesario para levantarnos. Gracias a su liderazgo, la
región del Maule se puso de pie. No solo fuimos capaces de reconstruir nuestras
ciudades, sino también de impulsar un mayor desarrollo en áreas clave como la
salud, la educación, la agricultura, la infraestructura y la vivienda. El Maule
avanzó, y lo hizo con fuerza y convicción.
Durante su segundo mandato, el
Presidente Piñera enfrentó uno de los mayores desafíos de nuestra historia
reciente: la pandemia del COVID-19. En un contexto de incertidumbre global,
lideró con determinación la respuesta sanitaria, impulsando medidas para
proteger la vida de los chilenos, reforzar el sistema de salud y asegurar la
estabilidad del país en un momento crítico. Su gestión, marcada por decisiones
difíciles pero necesarias, permitió que Chile enfrentara la crisis con rapidez
y eficacia, demostrando una vez más su compromiso con el bienestar de la
nación.
Hoy, más que nunca, tenemos la
misión de poner en valor los principios que guiaron al Presidente Piñera: La
resiliencia frente a la adversidad. Esa fuerza inquebrantable de mantener el
rumbo del país, incluso cuando algunos de los que hoy nos gobiernan solo
buscaban ver caer nuestra democracia. El Presidente Piñera fue un firme
defensor de los valores democráticos y, en los momentos más oscuros, no dudó en
priorizar siempre la libertad y la convivencia democrática. Como él mismo lo
expresó en múltiples ocasiones, era un deber de los gobernantes mantener y
cuidar nuestra democracia, y así lo hizo, con coraje y determinación.
El liderazgo del Presidente
Piñera quedó reflejado de manera emblemática en el histórico rescate de los 33
mineros de la mina San José, un acontecimiento que capturó la atención del
mundo y evidenció la capacidad del país para enfrentar desafíos extremos. Más
que un logro técnico, esta operación simbolizó la importancia de la unidad, la
coordinación y la perseverancia en los momentos más críticos. Con
determinación, Piñera lideró el proceso, asegurando no solo los recursos y la
logística necesarios, sino también transmitiendo un mensaje fundamental: cuando
Chile actúa con cohesión y voluntad, no hay desafío imposible de superar.
Con la mayor de las convicciones,
les pido que seamos los centinelas que defiendan su legado desde el Maule. No
como un deber meramente moral, sino con un sentido de unidad y con la
responsabilidad de asegurar un futuro mejor para Chile. Que ese sea nuestro
norte: un país más justo, más solidario y más próspero, tal como lo soñaba el
Presidente Sebastián Piñera.
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