Fundación ARRA, reconocida por más de una década de trabajo
en rescate y protección animal en Cauquenes, levantó una alerta urgente sobre
la difícil situación que atraviesa el refugio y que amenaza la continuidad de
su labor. A través de una carta dirigida a la comunidad, su fundadora, Andrea
Aravena, compartió una historia profundamente personal que explica el origen de
este proyecto y el crítico momento que enfrentan hoy.
La historia de ARRA no comenzó en Chile, sino a miles de
kilómetros. Andrea vivió varios años en China, donde fue testigo de escenas de
crueldad extrema: animales robados, hacinados y destinados al consumo. Aquellas
imágenes —según explica— despertaron un instinto de protección que jamás volvió
a apagarse.
Su recorrido continuó por España, Alemania, Dinamarca y
Estados Unidos, países donde el respeto por los animales es parte central de la
cultura. En esos lugares comprendió que “la grandeza de una comunidad también
se refleja en cómo cuida a sus animales”.
Pero el verdadero impacto emocional llegó al regresar a su
tierra: Cauquenes. Ahí se reencontró con una realidad dolorosa: abandono,
camadas en las calles, atropellos, indiferencia. Sin embargo, lejos de
paralizarse, surgió en ella una convicción que cambiaría su vida:
“Aquí se puede hacer algo. Aquí yo puedo hacer algo”.
Así nació Fundación ARRA, que durante 11 años ha rescatado,
rehabilitado y dado en adopción a más de 1.700 perritos, muchos de los cuales
encontraron hogares no solo en Chile, sino también en Estados Unidos, Canadá y
varios países de Europa. Perros que aquí fueron ignorados por su color, edad o
dificultades, afuera fueron recibidos como verdaderos tesoros.
Tras mudarse tres veces, el refugio finalmente logró un
espacio propio. Sin embargo, detrás del enorme esfuerzo existe una realidad
poco conocida: el 98% de todo el trabajo ha sido financiado con recursos
personales de su fundadora. Hoy, esa carga se ha vuelto insostenible.
“Mi fuerza física, mental y económica está al límite. El
amor sigue intacto, pero sostener sola esta labor tan grande ya no es posible”,
explica Aravena.
Actualmente, 141 perritos dependen directamente del refugio
y del equipo humano detrás de la fundación. Por eso el llamado que hace ARRA es
claro: la comunidad es indispensable para que este proyecto siga vivo. Se
necesitan voluntarios, insumos, apoyo económico y manos dispuestas a colaborar.
En ese marco, Fundación ARRA anunció la realización de
FestiPet 2025, un evento familiar que se desarrollará los días 5, 6 y 7 de
diciembre, con actividades, música, emprendimientos y espíritu navideño. La
iniciativa busca reunir fondos para asegurar la continuidad del refugio y
sensibilizar sobre la importancia del cuidado animal.
“Fundación ARRA no puede desaparecer. Sería un error para
los perritos que hoy dependen de nosotros y una pérdida para Cauquenes, que ha
visto nuestro trabajo durante más de una década”, enfatiza Aravena en su
mensaje.
La invitación es abierta a toda la comunidad: visitar,
apoyar y ser parte de una causa que da voz a quienes no la tienen.
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