En Chile, las enfermedades cardiovasculares (ECV)
constituyen la principal causa de muerte en mujeres, representando el 31% de
los fallecimientos femeninos, una cifra que supera ampliamente al cáncer y
otras patologías. A pesar de este panorama, gran parte de la población
desconoce la magnitud del problema y subestima los riesgos. En este contexto,
el Mes del Corazón se transforma en una oportunidad clave para visibilizar
estas cifras, derribar mitos y promover la prevención.
Síntomas atípicos que retrasan el diagnóstico
Especialistas advierten que los síntomas de un infarto en
mujeres pueden diferir del patrón clásico masculino. Mientras que en hombres
suele manifestarse con dolor torácico intenso, en mujeres los signos suelen ser
más sutiles: malestar digestivo, falta de aire o dolor en mandíbula, cuello o
espalda, sin necesariamente presentar dolor en el pecho.
“En las mujeres, los infartos muchas veces no siguen el
patrón o la sintomatología clásica. Reconocer las señales atípicas puede marcar
la diferencia entre la vida y la muerte”, explica Magdalena Farías, Directora
Médica del Centro Nuclinic.
Un fenómeno cada vez más temprano
En la última década, los infartos en personas menores de 45
años han crecido entre un 10% y 13%, con episodios en pacientes de apenas 30
años. Factores como el sedentarismo, la obesidad, el estrés y el tabaquismo son
detonantes relevantes.
La campaña “Si te va a dar algo, que sea algo bueno” busca
concientizar sobre la importancia del autocuidado, especialmente en mujeres
jóvenes. “Hoy estamos viendo personas jóvenes enfermar del corazón antes de
tiempo. La preocupación no es solo un tema para mayores de 50 o 60 como era
antes”, advierte la doctora Camila Hernández, diabetóloga y nutrióloga del
Hospital de La Florida.
Factores de riesgo y prevención femenina
La menopausia temprana, el síndrome de ovario poliquístico y
la preeclampsia son condiciones que aumentan la vulnerabilidad cardiovascular
en mujeres, sumándose a estilos de vida poco saludables.
Los expertos recomiendan 150 minutos de actividad física
moderada a la semana, mantener una dieta rica en frutas, verduras y legumbres,
reducir el consumo de sal y grasas saturadas, y realizar chequeos médicos
periódicos.
“Cuidar el corazón empieza por casa. Comer de manera
saludable, reducir la sal y evitar ultraprocesados es una inversión directa en
salud”, subraya Rodrigo Alonso, Co-Director del Centro Avanzado de Medicina
Metabólica y Nutrición de Chile.
Una invitación a la acción
El llamado del Mes del Corazón es claro: informarse,
reconocer los síntomas y actuar de manera oportuna. La prevención y el
autocuidado son las mejores herramientas para enfrentar la silenciosa amenaza
de las enfermedades cardiovasculares, especialmente en las mujeres.
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