ESPECIALISTA U. DE CHILE EXPLICA CÓMO ALMACENAR BIEN LOS MEDICAMENTOS EN EL HOGAR Y EVITAR RIESGOS PARA LA SALUD
Todos mantenemos algún remedio en casa en caso de
necesitarlo por una dolencia o malestar. Sin embargo, a veces, ocurre que
transcurren los meses e incluso años, y cuándo queremos utilizarlos han vencido
o ya han perdido sus propiedades. La profesora de la Facultad de Ciencias
Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, María Nella Gai, entrega
consejos sobre cómo almacenarlos de manera correcta.
La primera recomendación general para almacenar de manera
correcta y segura medicamentos en casa es primero, tenerlos en un lugar fresco,
seco y protegidos de la luz. También, procurar dejarlos fuera del alcance de
niños y niñas y revisar cada cierto tiempo las fechas de caducidad.
“La fecha de vencimiento del producto se asigna basada en
estudios de estabilidad realizados bajo condiciones experimentales muy
controladas y, en consecuencia, su periodo de vigencia está establecido para
condiciones muy específicas de temperatura y humedad”, explica María Nella Gai,
académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad
de Chile.
“Los medicamentos cuya indicación es el almacenamiento a
temperatura ambiente, no deben ser expuestos a temperaturas mayores a los 30°C
y los refrigerados deben permanecer dentro del refrigerador y sólo ser
removidos de él para obtener la dosis y ser devueltos rápidamente al
refrigerador, para no perder su cadena de frío y así asegurar su estabilidad”,
afirma.
Así la especialista aconseja no almacenarlos en el baño o en
la cocina, por estar expuestos a una más alta humedad y temperatura que en
otras habitaciones de la vivienda.
Y, agrega que en el caso de tener niños pequeños, “una buena
decisión es mantener los medicamentos bajo llave, ya que su curiosidad por
conocer los hace explorar toda la casa y hay que evitar que tengan acceso a los
medicamentos por el riesgo de intoxicación que conlleva una ingesta
imprevista”.
Otras de las sugerencias que entrega la especialista de la
Casa de Bello, es revisar periódicamente si hay medicamentos vencidos. Uno de
los principales errores, dice, es “eliminarlos como un desecho domiciliario
cualquiera, no leer el folleto informativo que viene dentro del envase, donde
entre otras informaciones, aparecen las condiciones de almacenamiento”.
Además, recuerda que “por ningún motivo debemos comprar
medicamentos en recintos que no son farmacias”, esto porque si lo hacemos en la
calle, ferias o almacenes, corremos el riesgo de que este haya sido adulterado,
falsificado o que sus condiciones de almacenamiento no hayan sido respetadas y
por consiguiente provocarnos algún daño en el caso de ingerirlos.
¿Cómo se desechan los medicamentos vencidos?
La profesora de la Facultad de Ciencias Químicas y
Farmacéuticas de la Universidad de Chile, María Nella Gai, apunta a la
Ecofarmacovigilancia. “Existe contaminación de aguas y suelos por el desecho de
principios activos y sus derivados, provenientes de la eliminación que
inevitablemente hace el paciente usuario de medicamentos a través de los
fluidos biológicos, como la orina y el sudor, y las deposiciones, situación que
es inevitable”, afirma.
Además, dice que generalmente, las personas no saben muy
bien cómo deshacerse de las pastillas o jarabes que ya vencieron. “Si se
eliminan como un desecho domiciliario cualquiera, se genera un impacto negativo
importante en el ecosistema”, puntualiza.
Riesgos de consumir un medicamento expirado
Dentro de las propiedades que pueden verse alteradas en un
medicamento vencido está “la potencia, actividad farmacológica, su
biodisponibilidad, su calidad microbiológica, y su inocuidad”.
La especialista, además, explica que los escenarios pueden
ser los siguientes:
El principio activo puede haberse degradado y haber perdido
parte de su potencia (cantidad de principio activo contenida en la unidad
posológica, por ejemplo, en un comprimido), por lo que el riesgo es no tener el
efecto farmacológico adecuado.
El principio activo puede haber generado productos de
degradación tóxicos, por lo que además de una menor potencia, pueden ocurrir
reacciones adversas.
En el caso de los antibióticos, el problema es crítico, ya
que, al tener menor cantidad de principio activo, pueden no alcanzarse las
concentraciones óptimas para la eliminación de la infección y favorecer la
aparición de resistencia microbiana, que constituye un problema serio de salud
pública.
El producto puede haber mantenido su potencia, pero se ha
alterado su biodisponibilidad y no es capaz de entregar esa cantidad de
principio activo en la cantidad y velocidad adecuadas para su absorción y, por
lo tanto, para producir el efecto esperado.
El producto puede haber desarrollado crecimiento microbiano.
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