FALLECE A LOS 89 AÑOS JOSÉ "PEPE" MUJICA, EL REVOLUCIONARIO TRANQUILO QUE MARCÓ LA HISTORIA DE AMÉRICA LATINA

 


 


El mundo despide hoy a una de sus figuras más entrañables y coherentes: José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, exguerrillero, referente de la izquierda y símbolo de la austeridad política, falleció a los 89 años, tras una larga lucha contra el cáncer.

El anuncio fue realizado por el actual mandatario uruguayo, Yamandú Orsi, quien dio a conocer que Mujica murió en su hogar, la chacra de Rincón del Cerro, tal como él mismo lo había solicitado: rodeado de lo que amó, junto a la secuoya donde ya reposaba su perra Manuela.

Con una vida marcada por la lucha social y el pensamiento libre, Mujica sobrevivió a la tortura, al encierro extremo, y a los años más oscuros de la dictadura uruguaya. Pasó 13 años en prisión, gran parte de ellos confinado en condiciones infrahumanas. Aún así, emergió con serenidad, sin odio, convencido de que la política es para servir y no para servirse.

En 2010 fue electo presidente con casi un 55% de los votos. Desde allí impulsó reformas progresistas, como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis. Pero lo que más marcó su mandato fue su estilo de vida: rechazó los lujos del poder, vivió en su chacra, manejó su viejo Volkswagen escarabajo y donó la mayor parte de su sueldo presidencial.

Pepe Mujica no quiso pasar a la historia como héroe. Prefería llamarse a sí mismo un hombre común que vivió con pasión, que no le temió al dolor y que eligió la sobriedad como forma de libertad. “No cambié el mundo, pero estuve entretenido”, dijo alguna vez, con la sonrisa serena de quien ya no tiene cuentas que cobrar.

Su muerte deja un vacío profundo, pero también una herencia ética que traspasa fronteras y generaciones. Un legado sembrado en palabras sinceras, gestos humildes y en la convicción de que otro mundo es posible si se vive con decencia.

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