Tras los incendios
forestales del 2017, la regeneración a partir de semillas ha sido baja. No
obstante, se han ejecutado medidas de mitigación en predios de las comunas de
Curepto y Constitución, para proteger remanentes de este monumento natural.
La especie arbórea ruil es endémica del Maule y está en
peligro de extinción. De ahí entonces la importancia del llamado que hace la
Seremi de Medio Ambiente, Daniela de la Jara, de proteger y conservar este tipo
de árbol, un fósil sobreviviente, sólo presente en la Cordillera de la Costa
del Maule, concretamente en algunas áreas de las comunas de Constitución,
Empedrado, Chanco y Curepto.
Es por ello, que la portavoz de la cartera ambiental realizó
una invitación a la ciudadanía “a cuidar los bosques, ya que regulan el clima,
capturan el dióxido de carbono (CO2) del aire, y son los pulmones de nuestro
planeta. Pero, en particular, el llamado es a conocer y proteger la especie
maulina el ruil, que se encuentra en estado de conservación En Peligro de
Extinción (EN), según el reglamento de clasificación de especies del Ministerio
del Medio Ambiente”
La Seremi Daniela de La Jara agregó que “creamos una
plataforma digital denominada: ruil.mma.gob.cl, para que las personas puedan
acceder a imágenes, infografías e información general de la especie, con el
objetivo de aumentar la educación ambiental y la conciencia sobre este fósil
viviente, patrimonio vivo de la región del Maule, el cual debemos valorar y
conservar”, indicó la seremi Daniela de La Jara.
Si bien se desconoce el número exacto de individuos de ruil
en la región, se estima una superficie aproximada de 300 hectáreas, de las
cuales 60 están en la Reserva Nacional Los Ruiles, ubicada en la comuna de
Chanco, en la Provincia de Cauquenes.
Por lo mismo y en el contexto de la conmemoración del Día
Internacional de los Bosques, el 21 de marzo, el emplazamiento que hace la
Seremi cobra más vigencia aún si se tiene en cuenta los peligros a los que se
ve enfrentado el ruil.
Entre las principales amenazas para el ruil y otras
especies, están los incendios forestales, en los que está presente el accionar
humano, casi en un 99,7% se originan por acciones accidentales, negligentes o
de manera intencional.
Es así como el incendio del 2017, conocido como de Las
Máquinas, y que terminó arrasando con 160 mil hectáreas, además del poblado
Santa Olga, en Constitución, significó la afectación de 172 hectáreas de ruil
(55% del total de la superficie). El 85% de estos bosques fueron quemados con
severidad moderada o alta.
A lo anterior se suma la colonización del pino radiata y
también los cambios en la cobertura del suelo que afectan la resiliencia de
estos bosques.
Los estudios de expertos señalan que el ruil mostró alta
mortalidad después del fuego, pero más del 80% de los árboles rebrotó dos años
después. Eso sí, la regeneración a partir de semillas fue muy baja (menos del
17%) y solo se dio en zonas de fuego de baja a moderada severidad.
Los estudiosos del tema advierten que la combinación de
sequías, monocultivos de pino y cambio climático ha generado una trampa
ecológica, en la que estos bosques podrían desaparecer si no se implementan
medidas urgentes de restauración y manejo del fuego.
Al respecto, se recomienda un plan de restauración a gran
escala que incluya la conversión de las plantaciones industriales en bosques
nativos, la creación de zonas de amortiguación con vegetación nativa alrededor
de los fragmentos de ruil; la eliminación de pinos adultos e implementación de
programas de restauración con financiamiento público y privado.
En áreas de baja severidad, se aconseja la gestión y
protección de plántulas naturales, y en zonas de alta severidad, una
reforestación activa debido a la ausencia de regeneración natural.
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