Talca. El trastorno digestivo funcional del colon (más conocido como colon irritable) es
una enfermedad que aqueja a un gran número de la población, estimándose que 1 de cada 4
personas sufre de este síndrome solo en Chile.
Lo pacientes con colon irritable sienten dolor y distensión abdominal con algunas comidas,
por lo que tienden a restringir o eliminar de su dieta una gran cantidad de alimentos. Sin
embargo, desde hace algunas décadas se ha visto una luz en el horizonte de esta patología,
con la implementación de la dieta baja en “FODMAP”.
La palabra FODMAP es un acrónimo del nombre de algunos nutrientes que contienen los
alimentos (ej: lactosa, sorbitol), y que son los que pueden ocasionar más síntomas. Esta
dieta fue creada en los años 90 en Australia, con el objeto de tratar los trastornos digestivos
funcionales, es decir aquellos que no tienen una causa aparente.
¿Cómo saber si puedo realizar la dieta FODMAP?
Lo primero es descartar enfermedades estructurales como la Enfermedad Celiaca, la
Enfermedad Inflamatoria Intestinal y otras con componentes orgánicos. “El colon irritable
no tiene una causa clara, pero sí, factores gatillantes de distinta índole, como los
ambientales, los emocionales y los alimentarios. Los síntomas del colon irritable son el
dolor abdominal, la hinchazón, el meteorismo, y los periodos de estreñimiento o diarrea”,
indicó la nutricionista de Clínica MET, Carolina Flores
Y además agrega, “en el último tiempo han aumentado las consultas por esta causa en la
Región Maule. Se realizan cada vez más diagnósticos de patologías funcionales, aumentado
la sospecha, la detección y el descarte de enfermedades estructurales. Antes las personas
decían, estos alimentos me hacen mal, por ello dejaban de comerlos, lo asociaban al colon
irritable, pero no buscaban más tratamiento, ahora esto ha ido cambiando”, precisó la
profesional.
Algunas consideraciones para su aplicación
Un punto importante, antes de iniciar esta dieta, la persona debe ser evaluada por un
profesional médico, que descarte otras enfermedades. De igual forma, se deben cumplir
algunas recomendaciones de alimentación, como comer con más frecuencia y en cantidades
más pequeñas, mantenerse bien hidratados, evitar el café y alimentos muy altos en fibra. Si
la sintomatología no mejora, se escala a la dieta baja en FODMAP.
“Lo primero que se hace es disminuir los FODMAP de la dieta y luego se reintroducen
grupos de alimentos de forma protocolizada. Por ejemplo, durante la primera semana
vamos a reintroducir lactosa, con aumentos graduales cada día y según el nivel de
tolerancia. Con esto vamos identificando el grupo de alimentos y la cantidad que gatilla la
sintomatología. Una vez que pesquisamos algún grupo de alimentos que genera
determinados síntomas, la segunda etapa es identificar la dosis exacta que nos permite
mantenernos asintomáticos, es como una prueba de exclusión”, señaló la nutricionista.
En una tercera etapa se indican los alimentos que la persona va a incorporar en su dieta
normal y en la dosis adecuada. “Por ejemplo, si va a comer manzana verde, debe ser solo
media unidad al día, una mayor cantidad puede generar nuevamente los síntomas”, enfatizó
Carolina Flores.
Las complicaciones emocionales intensifican el colon irritable
Por otra parte, es importante destacar que: “Hay una conexión entre el cerebro y el
intestino, esto explica que personas en situaciones de estrés presenten muchos síntomas
digestivos y en periodos menos tensos, tengan mejor tolerancia a los alimentos, por lo que
es necesario elegir el mejor momento emocional cuando probamos alimentos nuevos”,
puntualizó.
En resumen, la importancia de esta dieta es poder identificar el grupo y dosis de alimentos
que gatillan los síntomas y no limitar la variedad de la alimentación, porque cuando se
restringe demasiado ésta, podemos tener enfermedades digestivas por carencia de algunos
nutrientes... y eso es algo preocupante para la salud global”, recalcó la nutricionista de
Clínica MET, Carolina Flores.
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