PROVEEDORES DE LA SALUD ADVIERTEN: LA DEUDA HOSPITALARIA YA NO ES UN PROBLEMA FINANCIERO SINO UNA AMENAZA SANITARIA
Los gremios que agrupan a los principales proveedores del sistema público de salud —la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (Adimech) y la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS)— advirtieron ante la Comisión de Salud del Senado que la creciente deuda hospitalaria ha alcanzado un punto crítico que amenaza directamente la continuidad de la atención médica y la seguridad de los pacientes.
Según
las organizaciones, la deuda acumulada en el sistema público supera los 450
millones de dólares, y su crecimiento “sin control, sin trazabilidad y sin
horizonte de solución” podría derivar en un colapso operativo antes de fin de
año.
“La
deuda hospitalaria ya no es un problema financiero: es una amenaza sanitaria.
Sin dispositivos médicos no hay atención, y sin atención, no hay salud. Hoy los
proveedores estamos financiando la salud pública de Chile”, advirtió Ricardo
Cortés, presidente de Adimech.
Una
deuda desbordada y sin control
De
acuerdo con los antecedentes presentados por Adimech, solo entre mayo y
septiembre de este año, la deuda hospitalaria aumentó en un 150%, acumulando
miles de facturas impagas, productos entregados sin órdenes de compra y
hospitales operando fuera de su marco presupuestario.
“Los
hospitales se están abasteciendo a crédito y los proveedores somos quienes
sostenemos el sistema. Pero esto no puede continuar: sin pagos, no hay insumos;
sin insumos, no hay atención médica”, recalcó Cortés.
Por
su parte, el director ejecutivo de APIS, Eduardo del Solar, detalló que la
deuda con sus asociados asciende a 87 millones de dólares, cifra reconocida
públicamente desde el gobierno anterior.
“Actualmente,
a los socios de APIS se les adeudan 87 millones de dólares, cifra que
corresponde solo a nuestro gremio, no al conjunto del sector salud. Si se
considera la deuda de APIS, junto a la de municipalidades y farmacias, el monto
total supera los 450 millones de dólares. Es decir, la deuda real del sistema
es significativamente mayor”, precisó del Solar.
Además,
denunció que el Estado incumple reiteradamente las leyes vigentes:
“El
propio Gobierno ignora la Ley de Impuestos al definir arbitrariamente los
plazos de facturación, y vulnera la Ley de Pago a 30 Días, hecho reconocido por
la Contraloría en dos informes que no han derivado en medidas correctivas.”
Senadores
advierten irregularidades administrativas
Los
parlamentarios presentes coincidieron en la gravedad de las denuncias y
anunciaron un requerimiento ante la Contraloría General de la República.
El
senador Gustavo Sanhueza señaló que “las denuncias son sumamente graves. Más
allá del incumplimiento de pago, aquí se evidencian malas prácticas y falta de
control administrativo. Nada justifica que no se sigan los procedimientos
establecidos.”
Mientras
que el senador Francisco Chahuán agregó que “la deuda está siendo trasladada a
futuras administraciones o excluida del presupuesto. Hay retrasos de hasta un
año en los pagos, lo que mantiene a las Pymes del sector en una situación
desesperada.”
“El
Estado no paga, los hospitales se detienen”
Los
gremios denunciaron que la red pública de salud está operando con una
contabilidad ficticia, donde se entregan insumos sin respaldo financiero y se
ocultan deudas bajo artificios administrativos.
“Los
hospitales están rechazando facturas válidas, demorando órdenes de compra y
dejando de renovar tecnología. Esto ha paralizado procesos clínicos y
deteriorado la atención, con equipos obsoletos en pabellones, UCI y
laboratorios. La vida de miles de pacientes está en riesgo”, advirtió Cortés.
La
asfixia financiera que enfrentan los proveedores amenaza con un colapso
inminente en la cadena de suministro médico, lo que podría provocar
desabastecimiento crítico en los hospitales públicos.
“Las
empresas están sin pagos, sin garantías y sin liquidez. Si no se actúa ahora,
Chile podría enfrentar una crisis sanitaria sin precedentes”, alertó del Solar.
Ambos
gremios coincidieron en que el Presupuesto 2026 no contempla soluciones reales
al problema estructural, perpetuando la brecha entre el gasto efectivo y el
financiamiento asignado.
“Se
sigue presupuestando menos de lo que realmente se gasta, y esa diferencia se
cubre con deuda. Cada año, el Estado financia la salud pública a crédito,
mientras las facturas impagas se acumulan”, explicó Cortés.
“Chile
no puede seguir financiando su salud con deuda. Si el Presupuesto 2026 no
reconoce la magnitud del gasto real ni incorpora la deuda hospitalaria
acumulada, estaremos simplemente postergando el colapso del sistema público de
salud.”


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