El Nothofagus glauca, más conocido como hualo o roble maulino, es una especie arbórea endémica y amenazada de Chile central. Aunque no está en riesgo de desaparecer, su regeneración natural se ve afectada por diversos factores, como la fragmentación, los insectos, los incendios, la explotación histórica y el cambio climático.
Según la opinión de expertos de la Universidad Católica del Maule (UCM), el estado de conservación del bosque nativo es primordial para la vida de las personas, ya que los bosques regulan la cantidad y disponibilidad de agua. Además, entregan otros servicios ecosistémicos, como la disminución de la erosión, la conservación de los suelos y el aporte al bienestar de la población desde una perspectiva de salud mental y calidad de vida.
Un proceso de
investigación que se extendió por más de 10 años, entre 2015 y 2025, estudió
las estrategias de conservación y regeneración del hualo. Este trabajo fue
financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo, del Ministerio de
Agricultura. Actualmente, su superficie alcanza las 157.000 hectáreas, entre
los 200 y 1.200 msnm, distribuidas en un 29 % en la Cordillera de la Costa y un
71 % en la Cordillera de los Andes.
Impactos y diferencias en el manejo forestal
Los métodos abordados fueron los permitidos por la legislación vigente para
este sistema forestal; se estudió el efecto de las cortas de regeneración
conocidas como tala rasa, árbol semillero y cortas de protección. La tala rasa,
como su nombre bien indica, consiste en cortar todo, se elimina todo lo que es
el bosque en la superficie intervenida y no se deja ni un solo árbol adulto. La
regeneración ocurre a partir de las semillas de esos mismos árboles que han
caído. En la corta árbol semillero, se dejan en pie algunos árboles que proveen
de semillas para la regeneración. Ambos métodos presentan desventajas desde un
punto de vista biológico.
En tanto, en la
corta de protección, se extrae un porcentaje del área basimétrica, que
corresponde al área que tienen los troncos a la altura del pecho (1,3m).
Normalmente, se extrae entre el 60 % y el 80 % del área basimétrica.
De acuerdo
con el profesor del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Maule
(CIEAM) de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado UCM, Dr. Antonio
Cabrera, señaló que: “La tala rasa no ha funcionado muy bien porque el problema
es que, al no haber ninguna sombra, la planta que se genera a raíz de esa tala
no soporta las temperaturas ni la radiación directa y se muere. Sin embargo, en
la corta de regeneración de protección, como hay sombra proporcionada por los
árboles adultos que se han quedado, las plántulas se mantienen un poco más de
tiempo”, concluyó.
Finalmente, puntualizaron los investigadores de la UCM, se considera que los
métodos tradicionales requieren adaptaciones, considerando un cambio en la
legislación vigente en Chile. Para la conservación de este tipo de especies, es
esencial adoptar un enfoque integral que aborde diversas adversidades, como la
crisis climática, el estrés hídrico, el adelanto de la maduración y la
irregularidad en la producción semillera, factores que afectan profundamente la
supervivencia de este árbol en el futuro.
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