Durante
los meses más fríos del año, más del 50 % del consumo energético de los hogares
en Chile se destina a calefacción, con gastos que pueden superar los $100.000
mensuales en la zona sur del país. Esta realidad, según el director de la
Escuela de Ingeniería en Construcción de la Universidad Católica del Maule
(UCM), responde a una combinación de factores como el clima, los sistemas de
calefacción disponibles y la escasa aislación térmica de muchas viviendas.
El
académico advirtió que, si bien Chile ha avanzado en normativas y subsidios
para mejorar la eficiencia energética, aún persisten desafíos importantes en la
forma en que se calefaccionan los hogares. “Independiente del sistema que se
utilice, hay estrategias simples y de bajo costo que pueden marcar una gran
diferencia”, aseguró. Entre ellas destacó sellar puertas y ventanas, usar
cortinas gruesas, ventilar por pocos minutos al día y calefaccionar sólo los
espacios que realmente se ocupan.
Opciones acordes al presupuesto
Para
quienes cuentan con recursos limitados, el director UCM recomendó optar por
paneles infrarrojos o convectores eléctricos portátiles, cuyo gasto mensual
puede estar entre los $15.000 y $30.000. También mencionó las estufas
eléctricas oleoeléctricas o de convección, que pueden cubrir espacios medianos,
aunque su gasto mensual es mayor.
En
un rango intermedio de inversión, los sistemas Split Inverter y las estufas a
pellet son alternativas más eficientes y con mayor control de temperatura.
“Aunque su inversión inicial es más alta, permiten un uso más racional de la
energía y aportan confort tanto en invierno como en verano”, explicó.
Por
otro lado, para familias con mayor presupuesto, el experto enfatizó la
importancia de invertir en la mejora de la envolvente térmica de la vivienda:
aislamiento de entretechos, muros y ventanas con termopanel, además de sistemas
de climatización por bomba de calor y el uso de energías renovables.
“Una
casa bien diseñada y aislada puede mantener la temperatura confortable durante
todo el año, reduciendo considerablemente el consumo energético y mejorando la
calidad de vida”, concluyó.
Estas
recomendaciones se vuelven especialmente relevantes en un contexto donde entrará
en vigor una actualización normativa que exigirá la calificación energética
obligatoria en todas las viviendas nuevas desde noviembre, promoviendo
construcciones más sustentables y eficientes en Chile.
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