En un escenario
marcado por el cambio climático y la disminución sostenida de las
precipitaciones, las empresas forestales asociadas a la Corporación Chilena de
la Madera – Corma-, han definido la gestión hídrica como un eje estratégico
para el desarrollo territorial del sector.
En el marco del
Seminario “Gestión Hídrica y Desarrollo Económico Regional”, organizado por la
Universidad San Sebastián en Concepción, se dieron a conocer experiencias y
visiones desde el mundo público, privado y académico en torno al manejo
eficiente del agua.
“La gestión del
agua es una prioridad que requiere colaboración, datos y acciones concretas.
Desde el sector forestal estamos impulsando una estrategia que articula
sostenibilidad ambiental, eficiencia productiva y cercanía con los
territorios”, señaló Juan Carlos Valencia, presidente del Departamento de
Bosque y Biodiversidad de Corma.
Uno de los pilares
de esta estrategia es el trabajo en zonas rurales, muchas de las cuales aún
enfrentan serias dificultades de acceso al agua. Las empresas asociadas a Corma
han impulsado más de 900 proyectos que han beneficiado a cerca de 100 mil
personas en 66 comunas del país.
Estas iniciativas
abarcan 163 proyectos de Agua Potable Rural (APR) y más de 750 soluciones de
captación, almacenamiento y distribución de agua, tanto para consumo humano
como para uso agrícola o productivo. También se han implementado sistemas
familiares de recolección de aguas lluvia y mejoras en infraestructura local.
Estas cifras se
encuentran detalladas en el Reporte de Relacionamiento Comunitario, una
publicación que Corma edita cada dos años, donde se recogen las iniciativas del
sector en los territorios y su contribución al bienestar local.
“Más que
intervenciones puntuales, estas acciones reflejan una forma distinta de
entender el desarrollo: más comprometido, más responsable, más vinculado con
las personas”, destacó Valencia.
Por su parte el director
regional de Aguas en Biobío, Matías Mendoza, destacó el rol que está asumiendo
el sector productivo en este ámbito, “valoramos de forma muy positiva que
sectores productivos, como el forestal, estén integrando la gestión hídrica
dentro de sus estrategias de sostenibilidad. Es una señal concreta del
compromiso del sector con el uso responsable de un recurso vital y cada vez más
escaso”.
Y añadió, “el
acceso al agua en sectores rurales es una prioridad para el desarrollo
equitativo de nuestros territorios. Por ello, valoro que las empresas, desde su
rol y capacidades, desarrollen proyectos que contribuyan a mejorar la disponibilidad
y seguridad hídrica en comunidades rurales. Estas iniciativas, cuando se
articulan con las políticas públicas y con una mirada territorial, pueden
marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de miles de personas”.
“En el manejo
forestal, se ha avanzado en prácticas sustentables como la reducción de
densidad de plantación, el diseño de mosaicos de especies y edades, y la
protección activa del bosque nativo, especialmente en zonas cercanas a cauces,
laderas y zonas de pendiente. Actualmente, un 30% del patrimonio forestal de
las empresas socias Corma está destinado a conservación y restauración, lo que
fortalece el rol de los bosques en la protección del ciclo del agua” indicó
Valencia.
Aunque el
compromiso del sector es claro, desde CORMA también reconocen que hay desafíos
estructurales que requieren avanzar a nivel país. Uno de ellos es el
fortalecimiento de la infraestructura hídrica, como embalses, conducción y
distribución, así como una gobernanza moderna de cuencas, que promueva la
coordinación efectiva entre actores públicos, privados y comunitarios.
“La gestión del
agua no puede seguir abordándose desde una lógica fragmentada. Necesitamos
avanzar hacia una mirada territorial, basada en información, planificación y
colaboración. Y desde el sector forestal estamos disponibles para ser parte de
esa conversación y aportar con nuestra experiencia”, concluyó Valencia.
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