Aunque este año la carga de fruta es menor en comparación con otras temporadas, este factor podría resultar beneficioso, ya que, permitiría una mayor concentración de aromas y sabores en las uvas.
La vendimia es uno de los momentos más especiales en la
producción vitivinícola, esto debido a que marca el inicio de un proceso
fundamental para la elaboración del vino. Tradicionalmente, esta etapa se
extiende hasta finales de abril, aunque en los últimos años la mecanización ha
acortado su duración. Aun así, muchas viñas mantienen la cosecha manual.
El director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino de la
Universidad de Talca, Yerko Moreno, explicó que cada temporada tiene sus
particularidades, y la de este año destaca por la ausencia de lluvias hasta el
momento, lo que ha contribuido a evitar enfermedades fungosas en los viñedos.
Además, subrayó que se espera una vendimia más liviana.
“En variedades blancas como Sauvignon Blanc, tenemos en
muchos viñedos con menos fruta, y en variedades tintas, que todavía no
comienzan a cosecharse, salvo algunos casos particulares, también. Entonces, yo
estimo que esto se va a traducir en una vendimia de muy buena calidad y con
grandes vinos”, especificó el experto.
Moreno añadió que, si bien, una menor carga de fruta puede
significar un impacto en los volúmenes de producción, también puede favorecer
una mayor concentración de aromas y sabores en las uvas, lo que podría derivar
en vinos de mejor calidad.
Se trata de un proceso que marca la culminación de un año de
trabajo, el cual comienza con la poda invernal y finaliza con la postcosecha,
siendo la vendimia el punto culmine y que impacta, además, en las
características del vino.
“Cosechar uvas sobremaduras va a producir vinos mucho más
alcohólicos con notas a frutas sobremaduras, a pasas, que hace vinos mucho más
pesados y desagradables. Cosechar uvas verdes hace que los vinos sean mucho más
astringentes, con notas vegetales que tampoco son agradables. Entonces, el
momento preciso de cosecha para cada variedad, para obtener el grado de alcohol
ideal y la estructura del vino precisa, es un momento clave”, explicó el
académico.
El especialista de la UTalca sostuvo que las nuevas
tendencias de consumo también están marcando un cambio en la producción
vitivinícola y, recalcó, que actualmente los consumidores prefieren vinos con
menor grado alcohólico.
A esto se suman nuevos desafíos relacionados a la
variabilidad climática, que ha obligado a la industria a generar estrategias
para enfrentar el estrés hídrico, los golpes de calor, las heladas y las
lluvias fuera de temporada. Aun así, de acuerdo con el experto, se proyecta una
vendimia positiva, la cual permitirá obtener vinos de gran calidad.
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