La inminente decisión de la gobernadora del Maule, Cristina Bravo, de renunciar a su cargo para postularse al Senado en las elecciones de 2025 ha generado fuertes reacciones tanto en el oficialismo como en la oposición, a solo días de que venza el plazo establecido por el Consejo Directivo del Servicio Electoral.
Con fecha límite este viernes 15 de noviembre, la autoridad regional enfrenta un escenario complejo. Por un lado, los partidos del progresismo que la respaldan, como DC, PS, PPD, FA, PC, FRVS y PL, manifiestan incomodidad ante una determinación que consideran precipitada. Por otro lado, figuras como el diputado Alexis Sepúlveda (PR) calificaron la decisión como "un error" que podría ser interpretado como falta de confianza en su campaña para la segunda vuelta de las elecciones regionales, programada para el domingo 24 de noviembre.
“El Partido Radical apoya a Cristina Bravo, pero creemos que renunciar no ayuda al objetivo de ganar esta elección. Es una señal de debilidad que la ciudadanía podría interpretar como una derrota anticipada”, aseguró Sepúlveda.
En tanto, líderes de oposición como Jorge Guzmán (Evópoli) y Felipe Donoso (UDI) han cuestionado las verdaderas intenciones de Bravo, sugiriendo que su renuncia evidencia un interés mayor en asegurar su futuro político que en priorizar el desarrollo de la región del Maule.
“Si su intención era ser parlamentaria, no debió postularse nuevamente al Gobierno Regional. Esto demuestra que su interés no está en el desarrollo del Maule, sino en asegurar su carrera política”, afirmó Guzmán, quien también recordó las investigaciones y cuestionamientos administrativos que han marcado su gestión.
Por su parte, Donoso agregó que la posible renuncia refleja “una inminente derrota en la segunda vuelta” y destacó las tensiones al interior del oficialismo, ejemplificadas por la reciente suspensión del acto de lanzamiento de campaña, programado para el pasado sábado.
En caso de oficializar su renuncia, el Consejo Regional del Maule deberá elegir entre sus miembros a quien asuma el cargo de forma interina hasta el inicio del próximo periodo, el 6 de enero de 2024.
Mientras tanto, Bravo se encuentra en la mira de sus pares y del electorado, enfrentando una presión creciente que podría definir no solo el rumbo de su carrera política, sino también el resultado de las elecciones regionales y la estabilidad del oficialismo en la región.
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